Esta unidad biogeográfica está asociada a las áreas de mayor termicidad 
del tramo gallego del Río Navia y su red de tributarios (entre los 225 y
 700 m de altitud) y de la cabecera del Neira, hasta las proximidades de
 la localidad de Láncara. Se trata de una unidad de relieve anfractuoso 
caracterizado por la sucesión de sierras y valles encajados en la que 
escasean las áreas llanas, si se exceptúan los niveles de cumbres y 
pequeñas vegas asociadas a los principales cauces. Los sustratos son 
predominantemente de naturaleza metamórfica ácida (pizarras, esquistos, 
cuarcitas), aunque en algunas localidades aparecen roquedos carbonatados
 (Cruzul, Becerreá, Sixirei) y sedimentos cenozoicos (Val de Baralla). 
Los suelos, salvo en situaciones de rellanos a media ladera o en los 
fondos de valle, tienden a ser escasamente desarrollados y pedregosos, 
con un contenido bajo en nutrientes.
  
Entra en un bosque encantado. En Galicia muchos lo están y hablan a 
quién sepa escucharlos. Sus hadas son mirlos, pitos, cucos, lechuzas y 
búhos que te contarán mil y un secretos. Escúchalos en la Devesa de A 
Rogueira, en O Courel, o en la Fraga de Catasós, en Lalín, que esconde 
los castaños más espectaculares de Europa. En las selváticas Fragas do 
Eume, los helechos gigantes te dejarán boquiabierto. Y el bosque de A 
Marronda, en Lugo, te parecerá una fantasía sacada de un cuento. 

